Tres empresas, una sociedad
En diciembre del año 2012, tres empresarios del Estado de México conversaban acerca de las posibilidades de fusionar sus negocios en una sola entidad. Sus empresas estaban enfocadas en la producción de becerros y se encontraban cerca el uno del otro, pero atendían a clientes diferentes según su ubicación geográfica. La motivación principal para realizar la fusión era institucionalizar a sus empresas y así operar de manera más eficiente y estandarizada, analizar permanentemente su información financiera y operativa y presentarla de forma transparente y oportuna a sus órganos de gobierno para que pudieran tomar decisiones de manera imparcial, informada y compartida. Sentían que ya no podían esperar más para asociarse, sin embargo, enfrentaban el problema de decidir qué porcentaje del negocio correspondería a cada quien. Contactaron a un consultor quien realizó un análisis mediante el método de flujo libre de caja. Una vez presentada la propuesta del consultor llegó el momento de discutir los resultados pues el patrimonio de los tres empresarios estaba en juego y esperaban una repartición justa.